domingo, enero 13, 2008

Tales de Mileto, ¿El primer filósofo?

No conservamos ningún documento escrito por Tales de Mileto (Según algunos no escribió nada, mientras otros le atribuyen la autoría de un par de libros: “Del regreso del sol de un trópico a otro”, y “Del equinoccio”[1]), lo cual en principio constituye la mayor dificultad con que nos topamos en el intento por conocer su estatus entre los pensadores antiguos. Sin embargo, contamos con informes de doxógrafos y filósofos, que si bien no pueden considerarse completamente confiables, resultan de gran ayuda para crearnos una idea general de su pensamiento, permitiéndonos esto ponderar su aportación.

Sabemos que “Fue el primero que tuvo el nombre de sabio, cuando se nombraron así a los siete, […] según escribe Demetrio Folero en el catálogo de los arcontes”[2]. Dicha colocación de Tales entre los hombres más sabios de su época no es cuestionada (y este no es el lugar para hacerlo), pero ¿Resulta esto suficiente para calificarlo como filósofo?

Importante para responder esta cuestión, es lo documentado por Diógenes Laercio: “Dijo que ‘el agua es el primer principio de las cosas; que el mundo esta animado y lleno de espíritus’ [3]. Esto nos muestra un interés de Tales, por conocer a mayor profundidad el mundo en su derredor; se pregunta por el origen de todas las cosas, y les establece un punto de partida común. Aquí queda marcado el principio de una reflexión que le llevó a cuestionar lo que le rodeaba, y a no aceptar las cosas tal cual por el simple hecho de estar “dadas” de una específica manera. Aristóteles observa la labor de Tales en esa dirección, y lo llama el “padre de la filosofía”, por ser el primero en estudiar la naturaleza de la materia[4], y justifica dicha apreciación elaborando una explicación “científica” a la idea del agua como primer principio[5]. Esta declaración viniendo de un personaje de la importancia y autoridad de Aristóteles, sustenta de innegable manera la adjudicación del estatus de Filósofo a Tales de Mileto, confirmado aun más por la ausencia de evidencia que sostenga lo contrario.



[1]cfr. Diógenes Laercio Vidas de los filósofos más ilustres, libros I a III. Buenos Aires: Espasa calpe, 1950. pp.25-26

[2] ibidem

[3] ibid., p.27

[4] cfr. Aristotle Metaphysics (apud Patricia F.O’Grady Meet the philosophers of Ancient Greece: Chapter7 Thales of Miletus. Aldershot: Ashgate, 2005. p.29)

[5]cfr. ibidem

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